JAMÓN DOP TERUEL
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Un poco de historia sobre nuestra denominación de origen
La Denominación de Origen Jamón de Teruel se remonta a 1984, cuando se alzó como la primera insignia española para proteger y garantizar la producción de jamones. Un título que en 1985 se ratificó por el Ministerio de Agricultura y en 1997 por la Unión Europea, y que desde 2014 incluye también a la Paleta de Teruel.
A lo largo de su historia, nuestro Consejo Regulador no ha dejado de trabajar en aras de mejorar la trazabilidad de nuestros jamones, así como en optimizar los procesos de elaboración para ofrecer cada día productos de mayor calidad. Nuestro Jamón de Teruel ha pasado de ser un producto tradicional y artesano a liderar la economía aragonesa y ser la Denominación de Origen de mayor producción con un sello de calidad.
En la actualidad, contamos con:
Y nuestros principales mercados son:
Los cerdos de los que procede nuestro jamón, son de las razas Landrace, large White o cruce de ambas por parte de madre y Duroc por parte de padre.
¿Por qué marcado a frío?
El secreto para conseguir un producto exquisito como nuestro Jamón DOP Teruel es el clima y la ubicación de nuestra producción. El viento seco, puro y helado de nuestra serranía produce un jamón marcado a frío: con poca sal, rico en proteínas y vitaminas, y con bajos niveles de colesterol. Por eso, nuestros secaderos se encuentran, como mínimo, a una altitud de 800 metros.
En cuanto a la fase de elaboración, tiene una duración mínima de 60 semanas el jamón, y de 36 semanas la paleta, y le sigue una fase de maduración donde las piezas alcanzan un sabor y aroma inigualables.
Para saborear nuestro jamón con toda su intensidad, se debe cortar a cuchillo, en virutas muy finas y a temperatura ambiente. Después, lo aconsejable es conservarlo tapado con un paño para que conserve sus propiedades intactas.
¿Cómo identificar nuestro jamón DOP Teruel?
A la hora de comprar Jamón DOP Teruel o Paleta, es importante fijarse en su pezuña. En ella se podrá encontrar una vitola numerada que informa de todos los procesos por los que ha pasado esa pieza concreta, es decir, su código de trazabilidad. Además, se podrá reconocer la estrella de ocho puntas y el logotipo de Denominación de Origen del que presumen nuestros productos.
En cuanto al Jamón de Teruel, tiene forma alargada y redondeada en sus bordes, y conserva la pata. También puede presentarse con toda la corteza o perfilado en forma de “V”. Al corte, se aprecia un color rojo brillante, con grasa parcialmente infiltrada que aporta un sabor delicado, tierno y poco salado.
En definitiva, un jamón de propiedades nutricionales excepcionales y un origen nacional que lo convierten en un producto sostenible del que podemos estar muy orgullosos.
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